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La música es un elemento muy importante en la vida cotidiana y está presente en casi cualquier lugar al que vamos. Es fácil reconocer lo que nos gusta y lo que no, cuando oímos canciones en modo aleatorio nos toma solo un par de segundos decidir si la escuchamos o la saltamos. Sin embargo, se conoce muy poco acerca de qué es lo que determina nuestro gusto musical.
Con relación a esto, un grupo de investigadores Universidad de Cambridge han realizado un estudio en el que vinculan el gusto musical con el estilo de pensamiento. Esto es posible al medir la habilidad del individuo para empatizar (reconocer y reaccionar a los pensamientos y sentimientos de otros), para sistematizar (interés en comprender las reglas que rigen los sistemas como el clima, la música o los motores), o si se tiene un balance de ambas dimensiones cognitivas.
Los investigadores llevaron a cabo múltiples estudios con más de 4.000 participantes, que fueron reclutados principalmente a través de la aplicación de Facebook myPersonality. La aplicación pidió a los usuarios tomar una serie de cuestionarios, cuyos resultados podrían colocar en sus perfiles para que otros usuarios puedan ver. En una fecha posterior, se les pidió escuchar y puntuar 50 piezas musicales. Los investigadores utilizaron piezas de 26 géneros y subgéneros, para reducir al mínimo las posibilidades de que los participantes tuviesen alguna asociación personal o cultural con la pieza musical.
Según el estudio, las personas que obtuvieron una puntuación más alta para la empatía (tipo E) tendían a preferir la música suave (por ejemplo, R & B, rock suave y adulto contemporáneo), música sin pretensiones (country, folk, y cantautores), y la música contemporánea (electrónica, música latina, acid jazz, Euro pop). A este tipo no le gustaba la música intensa, por ejemplo, el punk, el heavy metal y hard rock.
Por el contrario, las personas que tuvieron una alta puntuación en sistematización (tipo S) preferían estilos musicales intensos, pero despreciaban las melodías suaves y sin pretensiones. Aquellos individuos con resultados balanceados para empatía y sistematización (tipo B) mostraron un abanico de gustos musicales más amplio.
Los resultados del estudio fueron incluso más consistentes dentro de géneros musicales específicos, por ejemplo, los empáticos preferían jazz suave y sin pretensiones, y los sistemáticos preferían jazz más intenso, sofisticado, complejo y avant-garde.
Este estudio ofrece nuevas posibilidades para los servicios de streaming, sobre todo en materia de recomendación y construcción de playlists. Con toda la inversión que se ha hecho a lo largo de la industria para conocer y analizar los gustos de los usuarios mediante big data, al saber el estilo de pensamiento de los usuarios, los servicios de streaming podrían ser capaces de afinar sus recomendaciones hasta ser realmente personalizadas.
Esto sin mencionar el potencial de segmentación publicitaria que pudiese abrirse al clasificar psicológicamente a los usuarios de una plataforma de streaming.
Fuente: industriamusical.es
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